Me gusta pensar que me agredes,
que atentas delincuente mi Morse,
que conspiras atenuante y tan atento
en el teísmo que conserva la fatiga
Me gusta sentir que me desnucas,
en la calma que termina lapidando
cualquier matarife, lidiando
el estoque de los huesos inclinados.
Me gusta intuir que me embistes
a flor de piel, provocando el iris
en el declive de la noche,
aun cuando se que a la mañana no estés
Me gusta señalar los caminos,
lesionando el pubis en los arqueos
de la contienda, magreados y saciados
por tus ingles que golpean.
Me gusta chocarme con tu pulso
atizar el aire de tu aliento
vibrar en la batida de los cuerpos,
y burlarte en el enredo del encanto.
Me gustas cuando andas obsceno
en la lumbre que templa tus versos,
es la sensualidad de imaginarme
entre tus brazos y tus besos.
Me gusta perderme en los gritos
tus libertades tan ambiguas y alarmistas
jugar en el cruce de los dedos
que presionan los muslos extenuantes
Me gusta untar el resuello de golpes
que impone al alba sin descanso
el temblor de la energía que pierdo
mientras atas mis manos a degüello.
Me gusta sobresaltarme a la noche
en el rojizo silencio que escolta
terrible los miedos, dilatar
la curvatura tormentosa de Venus...
y me gustas cuando amante rondas
perfilando la pulpa, que encierra
la esencia de nuestros versos,
invertidos y tan... alterados..
.
.
1 comentarios:
Qué capacidad para llegar al alma. Acabo de descubrirte casi por "causalidad" como ocurren las cosas que nos marcan en est viaje tan corto, tan placentero, tan doloroso, a veces, pero tan emocionante. Me gustaría saber el nombre de tus libros y en dónde puedo conseguir los ejemplares. Un beso, de Raúl Solís.
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