De dudosa procedencia

 

En el aire el flujo se alumbra
casi invisible, el aliento que respira
entre las sombras;
Sus límites de color purpura,
se enraízan tenebrosas
entre la maleza de sus dedos,
provocando a la misma boca;
Murmura, con una imagen
frágil, acá, en las horas tardías,
así el ojo parpadea deseando,
lento,  penetrante, sin renunciar al deseo,
como los inviernos que se aprovechan
de los cuerpos y rinden homenaje
en la consistencia de estremecerse,
arrugándose como una herida,
que vive y se quema.   
Abro el violento donde la voluntad
del conocimiento va desvaneciéndose
en el fluir de la sangre,
ese aroma delgado que desde la fiebre
te inmortaliza, ese experimento
excitado que aviva los sentidos
del ensueño, tremendamente
enrojeces esta imaginación
que desbasta las cumbres de mis pupilas
una quimera que del mito fieramente
me desnuda, al fondo de los verdes.
Tu dedo roza mi lengua,
naufraga y tiembla en lo imprevisto,
en la pureza de un impaciente segundo.
Frente a frente, como duele tu inquieta agonía...
Ese contorno de la memoria, esa perfección a solas…

Misk