Son tan fantásticas y tan rabiosamente irreales
y que tanto amor existió en el tiempo de los sueños.
y tan doliente la carne atravesó los misterios
que en las sencillas horas de la noche
se posaba en la intima armonía de los cuerpos.
Un instante me lleno de vida
ya sé que solo fue un sueño,
pero la hermosura de sus ojos
abrió el mundo en trazos de pincel
donde las rutas de lo cotidiano, se diseñaban
en los gestos que el corazón aún guarda,
las conquistas que de la misma duda
en el silencio surgen en fuertes sacudidas
humedeciendo los dormidos sentimientos,
que sabemos que están como escondidos
en el propio amor,
y te dejo mirarme porque lo deseas,
y te saludo mientras pasas a mi lado
y te doy tiempo porque me lo pides
y nos acariciamos en un mar de dudas
como dos niños que van descubriéndose
en la pubertad.
(tercer libro)
Misk
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