a ciegas, a tientas, envolviendo lo amargo
en un redoble de aire.
Me quemaba sin que nadie
armara para mi, la espada
que en los sueños corta el aire.
Hubiera querido preguntarte,
por mi alma, por mi cuerpo, por mi sombra,
en aquellos rincones de aire.
Se pasaban las horas entre letras,
versos temerosos de la boca
tragaban, contra el oido el aire.
Y pose mis manos desnudas
en el anhelo que rompe amarga
la noche, esa frontera que acontece
lo mortal, donde se ciñe y se consume el aire…
Misk
2 comentarios:
wow!!!! eso sí que es intenso.... no sólo por el sentido sexual del texto, sino por la carga emocional que ha quedado atrapada en cada estrofa, el llanto contenido, la amargura insospechada, el odio intenso, la rabia tragada, la impotencia de ser simplemente uno, y no el que uno tanto anhela.... encantador como siempre, mil besos!!!!
Gracias Luís.
Abrazos
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