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Entra dentro y escuece
punzante, se solda viajero
en la entraña, como el síndrome
que la abstinencia provoca al recordar
tu voz en mi garganta, en algún lugar
suelta lastre y yo muero de nuevo,
cuando el sol roza la tierra,
me abruma este celo continuo, cruza
como idea provocada, librando los bravos
sentidos, una feroz invasión;
Me recuerda el brillo que rizaba
nuestros sueños, bajo las encinas
húmedas de la alameda, junto a la mar!
esos ecos redoblan hoy vencidos
y el alma asustada continua detrás
al brotar de nuevo los huecos
donde el corazón dejo de morir,
y este pecho cambio las tranquilas
aguas, donde yo podía flotar...
Quieres siempre amor
pero a mi me devora ese afán
que se eleva en una onda vaporosa,
y ya ves, los brazos tontos
de una divina y hermosa mañana
peregrinos se extienden,
son los costaleros de la media noche,
que visten la piel en la rosada
enamorada, mientras lanzan ese perfume
que viste la oscuridad apasionada,
y caigo reventando el instante,
cuando estos labios echan de menos
la dulzura de una lagrima
que recorrió tu mirada...
Misk
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1 comentarios:
delicadisimo tu poema...
lleno de imágenes hermosas que estallan en mi imaginación...una delicia de veras!
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