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Se alumbra todo hasta la corteza
que cubre el sueño, el miedo
ojeroso sucumbe mortal
y en el mismo temblor apareces tú,
esa sangre que se enrosca mientras
me abraso e inunda de nuevo,
las torturas, las sombras de la idea
que invaden el pensamiento,
refugiándose más allá del tímido corazón,
y miro tus ojos lastimados, como van
abriéndose paso, despacio, levantando
ingenuamente el fronterizo parpado,
al tiempo que tus manos en un bosquejo,
en un recuerdo, conservándose bellas,
dialogan en mi ser, clavándose
sedientas en los umbrales del sentir,
toda la entraña gira retorciéndose,
en la dulzura del placer, y el asombro,
la extrañeza, cambian revolcándose,
lamiendo, embadurnándolo todo,
de sed, del afán mortecino,
de los ateridos huesos, de la inocencia
que llueve en la pupila, de las piezas
que uniéndose forman un solo cuerpo,
de las mansas y leales cizañas, cuales fueran
los yugos, en el profundo amar,
bebiéndote feroz en el instinto de la venganza,
esa tarea ardua en que late el alma sumisa,
habitándote en cada mapa secreto
que en el matiz del miedo, desean aún
deambularte, dilatando esta soledad,
mientras las noches duren cinceladas
en mis recuerdos…
(dedicada)
que cubre el sueño, el miedo
ojeroso sucumbe mortal
y en el mismo temblor apareces tú,
esa sangre que se enrosca mientras
me abraso e inunda de nuevo,
las torturas, las sombras de la idea
que invaden el pensamiento,
refugiándose más allá del tímido corazón,
y miro tus ojos lastimados, como van
abriéndose paso, despacio, levantando
ingenuamente el fronterizo parpado,
al tiempo que tus manos en un bosquejo,
en un recuerdo, conservándose bellas,
dialogan en mi ser, clavándose
sedientas en los umbrales del sentir,
toda la entraña gira retorciéndose,
en la dulzura del placer, y el asombro,
la extrañeza, cambian revolcándose,
lamiendo, embadurnándolo todo,
de sed, del afán mortecino,
de los ateridos huesos, de la inocencia
que llueve en la pupila, de las piezas
que uniéndose forman un solo cuerpo,
de las mansas y leales cizañas, cuales fueran
los yugos, en el profundo amar,
bebiéndote feroz en el instinto de la venganza,
esa tarea ardua en que late el alma sumisa,
habitándote en cada mapa secreto
que en el matiz del miedo, desean aún
deambularte, dilatando esta soledad,
mientras las noches duren cinceladas
en mis recuerdos…
(dedicada)
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Misk
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6 comentarios:
Todo gira en el aire como los sentidos sin moverse se sumen en la vorágine.
Y no puedo despergar la rima de mis dedos, jajaja, lo siento.
¡Un abrazo, Misk!
Bueno Mimi, solo son precipitaciones hacía lo desconocido, mucho sentimiento acumulado y un despegue de algo pasado, cosas nuevas van llegando y yo las acepto, me dejo llevar...
Un abrazo
Veo que andamos los dos al borde del precipicio.
Buen poema, buen blog
Gracias por tu visita y tus palabras en mi blog. Me has dado con ellos la oportunidad de conocerte a traves de tus poemas, llenos de sensualidad y nostalgia.
Dicen que los más hermosos versos se escriben desde el dolor o la ausencia.
Tal vez sea así. Saludos.
Sobre salen las puntas de mis pies, es vertiginoso José, gracias por venir.
A ti Rosg, no suelo comentar mucho, quizás por mi ignorancia o solo tal vez porque a veces es mejor el silencio, no se, en cualquier caso gracias por venir.
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